Griegos votarán si siguen en el área común. Cumbre del G-20 les exige que cumplan.
Mayor caída de las acciones nacionales, repunte del dólar hacia 2.300 pesos y freno del crecimiento económico hasta una tasa de tres por ciento serían las consecuencias extremas en Colombia, según analistas, si finalmente Grecia no acepta el plan ofrecido por sus socios europeos e, incluso, termina abandonando el euro como moneda.
De hecho, anoche -tras reuniones previas a la cumbre del G-20 que comienza hoy en Cannes (Francia)-, el primer ministro griego, Giorgos Papandreu, dijo que en el referendo que se realizará hacia el 4 de diciembre, "lo esencial no es la cuestión únicamente del plan (de rescate), sino si queremos permanecer en la eurozona".
Para numerosos expertos, es muy poco probable que los griegos acojan un plan que los obliga a adoptar drásticas medidas de austeridad, mayores impuestos y hasta rebaja de los salarios de miles de trabajadores.
Ante la sorpresa del referendo, los gobiernos de Alemania y Francia anunciaron que no se desembolsarán a Grecia los 8.000 millones de euros de la ayuda pactada. En el mismo sentido se pronunció el Fondo Monetario Internacional (FMI). Su directora, Christine Lagarde, vinculó la continuidad del préstamo a Grecia al resultado del referendo.
Los países del G-20 mantendrán su cumbre hoy a la espera de que el gobierno de Grecia contribuya a despejar la incertidumbre que genera su difícil situación fiscal antes de adoptar un plan de choque más agresivo, o de decidir la exclusión del país de la Unión Europea.
Pero las probabilidades de que Grecia no cumpla con sus compromisos de deuda son cada vez mayores, pues ya no se estaría hablando solo de que los tenedores de bonos del tesoro griego asuman el 50 por ciento de pérdidas, como se planteó en el acuerdo, sino que se hagan cargo del ciento por ciento de esta deuda.
En opinión del director de Investigaciones Económicas de Acciones y Valores, Wilson Tovar, esto ya comienza a generar dudas muy fuertes sobre si Italia y España serían los siguientes en la lista para entrar en la misma situación, con lo cual se estaría produciendo un efecto de contagio perverso para la economía mundial.
"Es un escenario de nerviosismo absurdo, donde nadie quiere tener inversiones de estos emisores y quizás se generaría una oleada de ventas de esos activos (bonos), que daría al traste con sus precios y también con el de las acciones en el mundo en general. Sería un pánico generalizado, aunque es una situación muy extrema", explicó.
Lo preocupante es que Colombia no escaparía a esa situación, dada la correlación que existe hoy entre los mercados mundiales, aunque la noticia positiva es que el impacto no sería tan fuerte como el que sufrirían economías como las de Estados Unidos, China y los países de la zona euro.
El país crecería menos
Para el analista de Correval Juan Camilo Rojas, Colombia no es ajena a la debilidad mundial, máxime cuando no hay un blindaje de la economía para situaciones como esta. "En Colombia sentiríamos la estrechez de la liquidez y tendríamos un Banco de la República proveyendo liquidez al mercado para tratar de minimizar los efectos negativos. El precio de las acciones caerá fuertemente y es posible que la economía se desacelere al 3 por ciento o menos, mientras que el dólar alcanzaría niveles del orden de los 2.200 pesos o más", señaló el experto. Los analistas temen que una salida de Grecia de la zona euro provocaría una fuerte iliquidez en su región y en el mundo. Las tasas se elevarían y se desataría una situación similar a la que se vivió en el 2008 con la crisis financiera de EE. UU.
